El hidróxido de litio es fundamental para la producción de baterías de iones de litio de alta capacidad, especialmente aquellas que utilizan cátodos con alto contenido de níquel. Su punto de fusión más bajo, en comparación con el carbonato de litio, permite reacciones más eficientes durante la síntesis, lo que lo convierte en la opción preferida para las tecnologías avanzadas de baterías.
Más allá del almacenamiento de energía, la versatilidad del hidróxido de litio permite una amplia gama de usos industriales, desde la industria aeroespacial y automotriz hasta la fabricación y el procesamiento químico, lo que refuerza su papel como piedra angular de la innovación moderna.